sábado, 26 de enero de 2013


La inspiración no es una cosa que venga de la nada. Hay muchos factores que influyen en el proceso de creación literaria por el que pasa una obra. El artífice de un cuento, texto, redacción... debe mirar lo que le rodea y plasmar de una manera más o menos ingeniosa todos esos paradigmas que confluyen en el tiempo en el que vive. 

En el presente blog, hablamos de la inspiración en la introducción porque creemos que es algo importante y que tiene mucho que ver, no solo con los Siglos de Oro sino también con el resto de períodos literarios (Romanticismo, Generación del 27...) pero en estos siglos se ve, mejor que en otras épocas, la influencia de los tiempos que corrían.

Por tanto, ¿en qué se inspiran los autores de los Siglos de Oro? La respuesta se puede hallar rápidamente si leemos unas pocas obras de los escritores de cualquiera de los dos siglos. Se puede afirmar que las obras que se producen durante el Renacimiento y Barroco están inspiradas en la sociedad, la política, la economía y la religión del momento. 

En el Renacimiento apreciamos, por ejemplo, en el Lazarillo de Tormes la necesidad de crear un antihéroe ya que el mundo caballeresco ya estaba pasado. En el Barroco, Luis de Góngora con  La vida es sueño vemos perfectamente el desengaño de la vida, causado por la mala gestión del país. 

Cuando se planteó este trabajo, vimos claramente la influencia de la situación histórica que transcurría en cada época y, es por eso que, decidimos realizar especial hincapié en el contexto histórico-social. 


Max Pàrraga Díaz